¿El aceite de oliva es bueno o es malo? ¿Es mejor la mantequilla o la margarina? ¿Lácteos si o lácteos no? Y nuestro comestible más famoso no iba a ser diferente. Hablamos del jamón ibérico. Aunque es uno de nuestros productos más archiconocidos, a veces nos falla el conocimiento y confundimos mitos con realidades. ¿Cuántas veces pedimos Jabugo pensando que todo es de bellota, o un pata negra cuando no siempre tiene por qué tenerla.

Seguro que todos llevamos a la práctica alguna de estas mentiras:

• Hay que tapar el jamón con su propia grasa. Lo ideal es tapar el jamón con un paño de algodón para que no le dé la luz y colocarlo en un lugar sin corrientes.

• El jamón hay que acompañarlo siempre con vino. Sobre este punto hay todo tipo de opiniones. Hay quien lo toma con una cerveza o incluso con tequila. La realidad es que la única bebida que no ensombrece el sabor del jamón ibérico es el agua.
• Si tiene puntitos blancos está malo. Justo es al contrario; demuestra ser de una calidad excelente.
• Cuanto más grande, mejor será. Es justo al revés; mejor pata fina que gorda.

¿Cómo podemos saber si realmente estamos comprando un jamón ibérico? Todos los jamones llevan una brida de diferente color que es la que nos indica el tipo de producto que estamos comprando:

• Si es negro, es un jamón de bellota 100% ibérico.
• Roja, entre un 50% y 75% ibérico.
• La brida verde nos indica que los cerdos únicamente han sido alimentados con pastos y pienso; puede ser ibérico o no.
• Blanco: hablamos de cerdos de cebo alimentados con piensos y criados en régimen intensivo. Esto no es sinónimo de que no sean ibéricos.

A la hora de contratar un catering para tu evento, es muy importante saber distinguir los diferentes tipos de jamón para evitar que te den "gato por liebre". Desde FFG Catering siempre trabajamos con los mejores proveedores, asegurándonos que nuestra materia prima sea de calidad para ofrecer el mejor servicio a nuestros clientes.